Hoy jueves continuamos con las cacerías.
Mi primo con su inseparable puro mañanero.
Cazamos en familia, solo faltó Pablo que no se recuperó de la caminata del domingo.
Hoy si caminaron los cachorros.
Pero el mismo resultado, no vimos ni un solo conejo.
Ni a lo lejos se ve uno.
Otto y Pastora.
Después de la caza toca reponer fuerzas.
Ya por la tarde, la mejor forma de recuperarse es ir a una playa a disfrutar del día de sol.
Un perro de agua.
Para ser la primera vez que va a la playa, Otto se metió unos buenos baños.
Ya para hasta los peces.
¡Que bien se lo pasan! ¡Que pena que la plaga haya acabado con los conejos! Me acordé de ustedes en París: al aterrizar se veían montones de ellos dando saltos por el césped asustados por el avión...¡si te pilla por aquí te pones las botas!
ResponderEliminarSaludos,
Alberto