Una de las cosas más curiosas que le pueden ocurrir a un restaurador de coches clásicos, no solo debe ser hallar un modelo antiguo, sino que a este se le agregue un “plus”; esto es lo que le paso al restaurador Joshua B.,quien después de adquirir una Furgoneta Volkswagen Combi de mediados de los 60, encontró en su interior nada mas y nada menos que 6.3 kilos de marihuana bien ocultos.
Joshua B. humildemente entregó el contenido de “los cigarros de la risa” sin saber siquiera si la ilegal mercadería pertenecía a su antiguo propietario o habrá permanecido implacable, desde sus años mozos en la época hippie de paz y amor, donde se consumía esta hierba, claro que era menos contaminante que la de ahora, pero no nos importaría de tener un coche con tal cantidad de mala hierba.
Cuando yo restauré la mía, solo encontré cáscaras de pipas, un ventilador y restos de pinocha. ¡Que mala suerte!
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