De Guatemala hacia Belize y México, viajando en una kombi por América.
El matrimonio formado por Meli (médico) y Kike (abogado) una pareja de Colombianos después de haberse encontrado en el camino, después de mucho hablar, reír y compartir historias y sueños, se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común, una de ellas era las ganas de viajar.
Son una pareja enamorada de la vida, seguros que existe algo más allá del Derecho y la Medicina como estilo de vida, con grandes deseos de explorar parte del mundo en busca de la felicidad que da las cosas simples, pero a la vez grandiosas y bellas que hacen de este Continente un Paraíso.
Desean compartir sus experiencias y enseñarnos lo que hay más allá de la vida que nos impone la sociedad llena de horarios, deberes, exigencias y poca tranquilidad.
No fue complicado escoger el vehículo, Un medio de transporte emblemático, que representara una forma de vida. Una Kombi, ojalá una Westfalia era su objetivo. Con nuestros amigos, conocidos y algunos mecánicos iniciamos la búsqueda para establecer quien pudiera tener una que estuviese a la venta. Después de algún tiempo una persona le contó a otra que a la vez le dijo al mecánico que nos contó que en la ciudad de Popayán, había una Westfalia en un aparcamiento y lo más importante “estaba a la venta”. Pues el mecánico fue y la vio, nos dio un buen parte, por lo que Meli viajo hasta esa ciudad ubicada a dos horas de Cali, desde allí y con la ayuda de un gran conocedor de estos vehículos se realizó un diagnostico del vehículo.
Posteriormente viajaron en compañía nuevamente del mecánico para realizar la compra y trasladarla a la ciudad de Cali donde seria restaurada.
El estado era lamentable, abandonada al sol y agua, llena de agujeros producto de disparos al encontrarse en medio de un atentado ocurrido en la ciudad de Popayán; no fue posible colocarle combustible puesto que el tanque estaba roto y fue necesario colocar un tanque con gasolina adicional dentro del carro y de allí suministrar gasolina a la bomba con el propósito de llevarla rodando, pero contaba con los elementos necesarios para hacer de ella nuestra compañera de viaje.
Con el nombre de LUNITA, bautizaron así a su compañera de viaje e iniciaron una larga labor para su restauración. En la restauración conservaron los elementos de originalidad propias de ella, fue totalmente pelada logrando encontrar el tono verde de su pintura original que se colocó nuevamente. El motor fue reparado al igual que el tanque de combustible, sistema eléctrico nuevo al igual que la bomba de gasolina y carburador, cambiaron el sistema de encendido por uno electrónico.
Recuperamos y restauraron los elementos originales que tenia, con el propósito de conservar su originalidad, el color, las sillas y los elementos propios de su modelo y estilo fueron conservados, no encontraron las cortinas ya que sirvieron de abrigo para un inmenso perro en la ciudad de Popayán.
Solo faltaba el mueble de cocina original que fue perdido por el dueño en un aparcamiento donde la dejó por varios meses, en ese espacio hicieron uno a la medida uno donde colocaron elementos necesarios para la travesía. Fue una labor bastante larga y complicada, el incumplimiento del pintor, luego el del mecánico que inicialmente trabajó en el vehículo nos obligo al cambiar a un nuevo taller en donde les fue bastante bien y lograron terminar después de 11 meses la restauración de LUNITA que ilumina con su reflejo nuestra aventura de vida.
Va rodando por las carreteras causando admiración en las personas y alegría en nuestras vidas
Esperamos después de recorrer los caminos encontrar el lugar de nuestros sueños, aunque es altamente posible que lleguemos nuevamente a nuestro punto de partida.
Todas sus experiencias, aventuras y experiencias del viaje, las pueden ver en su página http://www.kombianos.com/ ilustradas con unas bonitas fotográfias.
dale Edu !!!
ResponderEliminar