Hoy como todos los jueves salimos a cazar, desde primera hora de la mañana, el día parecía claro y sin abrigo nos preparamos para realizar una nueva cacería, todos en manga corta soltando los perros.
Tras una hora de caminata, comenzaron a caer unas pequeñas gotas, las típicas risas y a continuar cazando, nada hacía presagiar la que se nos venía encima.
Al momento empezó a caer el diluvio universal, en medio de la montaña y sin abrigo, tuvimos que tocar retirada, aunque mas que retirada fue un sálvese quien pueda.
Desbandada general, todavía cojo, pude ver como el resto del equipo tomaba el camino de regreso al coche a toda velocidad.
Una vez en el coche a intentar refugiarse de la lluvia, misión casi imposible, acabamos empapados.
No llegamos a cazar ni una hora, esta foto da una pequeña idea de lo que nos llovió, guardando los perros en el coche.
Mientras el equipo guardaba los perros, yo sacaba fotos para recordar este momento, un año sin llover, que falta nos hacía, el Kubel aguantando el chaparrón.
¡Agua!
Total que a las 9 de la mañana ya estábamos de regreso, empapados a encender la chimenea para entrar en calor, secar las ropas y resguardarnos de la lluvia.
No podía faltar, después de desnudar al maniquí para quitarle la ropa y ponerse algo seco, había que encender un buen puro.
Al final salió el sol, aunque no paró de llover, Otto y Jama viendo la lluvia.
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