De nuevo este domingo quedamos para ir a entrenar los perros, como siempre este Kubel no para, por todo tipo de caminos, siempre nos lleva a nuestro destino.
Antes de llegar al Coto de caza, ya había pasado por La Punta, me paró la Guardia Civil para realizar un control de alcoholemia, y sin problemas pude continuar.
Desayunando antes de cazar, un revuelto de huevos con carne, así da gusto empezar la mañana.
Soltando los perros ya con el estómago llenito.
Otto realizando una parada, Felipe acude pronto para ver que se esconde en las pencas, y resultó ser un gallo, pobrecito.
Popo se quedó con un gallo menos, un buen puro siempre ayuda a consolar las penas.
Un pequeño descanso para los perros blancos.
Y regresamos a casa, el pobre Otto no sabía que los gallos no se podían coger.
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