Una vez apañado el Kubel, pudimos continuar con nuestro paseo, aunque nuestra idea de llegar a la Punta de Teno, la tuvimos que dejar para otro día, no quería arriesgarme a partir la cuerda del acelerador y casi comenzamos a ir tomando el camino de regreso.
Los Kubel junto al esqueleto de una ballena en Costa Sibora.
El ex-Kubel de Santi, ahora de mi amigo Javi.
El Kubel de Maxi.
Y mi Kubel.
El camino de regreso me tocó llevar el Kubel blanco.
Parada en el Guachinche Finca el Pino para comer y dar por terminado el paseo dominguero.
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