El domingo, a pillar Olas, primera vez que meto el tablón en el cabrio, casi no cabe dentro.
Imposible aparcar en la playa.
Así que plan B, a aparcar en casa de mis primos.
Menudo privilegio es poder dejar el cabrio a la sombra, sin peligro, bien vigilado y a veinte metros de la playa.
Tremendo día, sol increíble en la Playa del Socorro.
Y algún revolcón que me pegué.
Después para recuperar el cuerpo, una hamburguesa disfrutando de esta espectacular vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario