Un matrimonio de jubilados holandeses comenzó el periplo hace casi cuatro años y ya ha recorrido unos 80.000 kilómetros por varios continentes con este modelo de 1915
Dirk y Trudy Regter son dos jubilados holandeses que están dando la vuelta al mundo en coche. Dicho así, la historia podría no tener trascendencia. Sin embargo, el interés de su aventura estriba en que lo están haciendo a bordo de un Ford Modelo T de 1915, es decir, un automóvil con un siglo de vida a sus espaldas y sin la dotación tecnológica, el equipamiento de seguridad y confort ni las prestaciones de los vehículos actuales.
Este matrimonio comenzó su desafiante periplo hace casi cuatro años, en verano de 2012. En ese momento afrontaron la primera etapa del épico viaje que les llevó a recorrer 22.000 kilómetros en 180 días. La ruta comenzó en su residencia en la localidad holandesa de Edam y acabó en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
Posteriormente, los Regter cruzaron Estados Unidos y Canadá: fueron otros seis meses de viaje conduciendo por 22 estados y sumando 28.000 kilómetros adicionales. Y en 2014, cubrieron 26.000 kilómetros a través de Sudamérica en medio año.
Hasta la fecha, la intrépida pareja ha recorrido casi 80.000 kilómetros visitando y apoyando diversos proyectos impulsados por la organización internacional e ayuda infantil SOS – Children’s Villages.
Durante 2016 y 2017 planean seguir su viaje a través de Nueva Zelanda, Australia, Indonesia e India, cruzando el Himalaya hasta China, a través de Mongolia y de vuelta a Holanda cruzando Europa Central.
El matrimonio está llevando a cabo su desafío con el Ford T de 1915 que compró en 1997. Esta unidad no ha sido la única que han tenido, ya que con anterioridad Dirk fue propietario de un Ford T de 1923 y de un Ford Modelo A de 1928. Su pasión por los vehículos de esta marca y de esta época le viene de su padre y su abuelo.
La elección del modelo para realizar el viaje no ha sido banal, ya que se trata de un modelo muy robusto, cuyo sencillo diseño hace que resulte fácil repararlo y ponerlo a punto. “En África tuvimos que soldar una rueda delantera rota en el herrero local”, cuenta Dirk. “Soy bastante mañoso y un destornillador, un martillo, algo de cinta adhesiva, unas bridas y correas tensoras te pueden llevar muy lejos”.
El Ford T de los Regter cuenta con un motor de gasolina 3.0 y las mismas especificaciones que cuando salió de la fábrica en 1915, además de neumáticos más grandes para las llantas con radios de madera, que hacen que el viaje sea más suave y soportable en recorridos largos.
Un juego de neumáticos puede durar unos 15.000 kilómetros en carreteras normales, pero muchas aguantan menos en algunos de los caminos sin asfaltar que ha recorrido los Regter en regiones como África y Sudamérica. “En la frontera entre Sudáfrica y Botsuana conocimos a un granjero que tenía un viejo Ford T en el granero y nos dio la rueda de repuesto de regalo para el camino”, recuerda Dirk.
Ford construyó 15.000.000 unidades del Modelo T entre 1908 y 1927. La producción del modelo arrancó en EE.UU, pero pronto se expandió por todo el mundo, incluyendo plantas de fabricación en Dinamarca, Alemania, Irlanda, España y Reino Unido. En su día, el Ford T ayudó a poner al mundo sobre ruedas y ahora, cien años después, una unidad de aquellas lo está recorriendo.
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