Cuando terminé la restauración del Karmann, le quedaban unas mil millas para dar la vuelta al contador, lo dejé tal cual, y en un par de salidas, llegó el momento de dar la vuelta.
Cueta millas a cero, empieza una nueva vida para este Karmann, seguro que no será tan mal tratado como lo fue en su juventud.
A punto de cumplir los 50 años, vuelve a tener la elegancia que había perdido.
Listo para otra vuelta al contador.
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