domingo, 4 de abril de 2021

Serendipia.

Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual, o cuando se está buscando una cosa distinta.

Eso es lo que me pasó hace una semana,  encontré una moto Honda Four 500 en venta,  la moto que llevo mucho tiempo buscando. 


Llamé a su propietario y me comentó que había una persona de Lanzarote muy interesada en la moto,  que estaba pendiente de venir a verla a Tenerife para comprarla.

Entonces Llamé a mi buen amigo Rafa para comentarle lo de esta moto y curiosamente él estaba vendiendo otra Four 500.


La moto está perfecta,  la probé y la quería comprar,  pero no pudimos cerrar el trato ya que me comentó que había una persona interesada antes que yo,  y tendría que esperar. 


Aunque siempre me gustó más la verde, la única diferencia era el color,  las dos motos estaban al mismo precio,  pero no podía elegir ya que era la segunda opción para cualquiera de ellas.

Esta moto color oro viejo,  me recordó mucho a la moto que tuvo mi tío Raúl hace muchos años. 


Después de una larguísima espera de una semana,  continuaban sin aparecer ninguno de los interesados por esas dos motos, ya estaba desesperado. 

Casi por casualidad,  quedé con el dueño de la four verde, y me quedé encantado con esa moto,  hablamos un rato y le comenté que llamara al señor de Lanzarote para saber si seguía interesado en comprar la moto. 


Cuando habló con el interesado,  le comentó que con el COVID,  no podía viajar a Tenerife para ver la moto,  y que si tenía un comprador,  la podría vender.


La moto está recién restaurada, con 44 mil kilómetros originales. 

Antes de cerrar la compra,  tenía que hablar con el dueño de la moto color oro viejo,  ya que le había dicho que si el interesado no se la quedaba,  yo sí la quería. 


Aparte del color,  esta moto tiene matrícula de Tenerife,  y la otra de Gran Canaria,  no me importaría tenerla,  pero preferiría la de Tenerife. 


Así que al final me quedé con esta moto. 

Llevo una semana disfrutando con ella,  y mi prima Ana,  empezó a decirme que estaba segura que esa fue la moto de su padre,  mi tío Miguel Angel. 




Después de investigar en tráfico,  por la matrícula de la moto, descubrimos que de verdad fue la moto de mi tío Miguel Angel,  la compró nueva en 1972 y la vendió a un alemán en 1995.

Ese alemán fue el que se la vendió al anterior propietario,  y ahora vuelve a la familia. 


Es muy bonito conocer la historia de tu moto,  pero mucho más bonito aún es saber que durante 23 años fue la moto de mi tío,  recuerdo verla de pequeño y soñar con ella,  y por casualidad,  esa misma moto,  ahora formará parte de mi familia. 

Solo falta encontrar una foto antigua de mi tío con la Honda. 



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