El lunes seguimos subiendo, lo previsto para ese día era llegar a Burgos, unos 250 km.
Parada para comprar jamón, estirar las piernas y seguir conduciendo.
Decidimos hacer una parada en Palencia.
Allí fuimos a comer al restaurante de mi amigo César, Ajo de Sopas que nos sorprendió gratamente.
Paseamos por la calle Mayor, hicimos turismo y lo pasamos en grande.
Por la tarde fuimos a por los coches, para seguir la ruta prevista.
Nos encantó, especialmente su Catedral.
100% recomendable, sobre todo realizar la visita guiada.
Por la noche salimos a cenar, caminar un poco y a descansar en el hotel.
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