Seguimos por La Palma.

Nuestro siguiente destino fue el Faro de Fuencaliente.

El faro de Fuencaliente se encuentra en la punta sur de la isla de La Palma, en el municipio de Fuencaliente. Se encuentra en el parque natural de Cumbre Vieja y a su alrededor se encuentran las Salinas de Fuencaliente.

En realidad consta de dos faros uno de principios del siglo XX que sufrió muchos daños durante la erupción del volcán Teneguía, por lo que construyeron otro al lado.
En el 2006 se recontruyó el viejo faro para acoger el Centro de Interpretación de la Reserva Marina de la isla de La Palma, y en el futuro acogerá visitas a la torre.

Las Salinas de Fuencaliente cumplen este año medio siglo de vida.
Un espacio que se ha convertido en todo un icono del sur de La Palma y cuyo desarrollo ha sido fruto del esfuerzo y el tesón de una familia palmera, que durante tres generaciones no solo ha sido capaz de mantener una actividad prácticamente abandonada en el resto de las islas, sino que ha tenido el talento para innovar y mantener en continua evolución este enclave.

Después de visitar el sur de La Palma, continuamos en dirección a Puerto Naos, carretera rodeada de lava por todos lados.

Nuestro primer baño fue en la playa de Charco Verde, apenas a dos kilómetros de Puerto Naos. Situada en medio de la naturaleza, en esta acogedora cala, rodeada por acantilados y plataneras, nos dimos unos baños increíbles, el agua aun estaba un poco fría, pero disfrutamos mucho y aprovechamos las duchas para salir renovados.

Luego comimos en un chiringuito junto a la playa en Puerto Naos.

Y seguimos hasta el Puerto de Tazacorte para disfrutar de una bonita puesta de sol, me recordó mucho a Valle Gran Rey en La Gomera.

Y así dimos casi por terminado nuestro primer día de viaje por La Palma.
Digo casi, porque cuando ya había visto un buen sitio para pasar la noche del sábado a Carmen se le ocurrió continuar en carretera y buscar otro sitio para dormir.
En principio me pareció buena idea, así que continuamos subiendo hacia el norte de La Palma.

Encontramos un gran descampado junto a la carretera, cuando estaba a punto de dormir, empezó a llenarse ese descampado de coches, luego comenzaron unos tambores, y al final apareció una batucada con una especie de entierro de la sardina pero aquí se quemaba una figura de un plátano, la fiesta duró hasta las 3 de la mañana, gritos, coches, hoguera, fuegos artificiales, y todo lo que se puedan imaginar, todo eso y en medio la t1 con nosotros durmiendo dentro, una anécdota que no olvidaré...