Domingo 13 de Agosto.

Domingo a primera hora, nos despertamos en Faro, eso es posible gracias a llegar por la noche, de lo contrario es imposible aparcar junto a la playa, desde las 8 de la mañana estaban siempre llenos los aparcamientos.

Impresionante playa, además es la única en la que encontramos baños y una ducha, el resto de playas del Algarve, no dispone de una sola ducha.

Y frente a las furgos, teníamos vistas a la ría.

Aquí no pudimos montar nuestro chiringuito, era un parking muy concurrido, pero nos apañamos para preparar un café y desayunar junto a las furgos.

Una vez desayunados y después de varios baños en la playa, decidimos quitar la correa para ver si el ruido seguía sonando sin ella, ya que parecía que el ruido venía de ese lugar, pero sin correa, el ruido seguía sonando, pero solo al ralentí, al acelerar se quita.

Decidimos continuar la marcha hacia Portimao, unos 80 kilómetros, cuando pinché una rueda de mi t1, creo que la última vez que se me pinchó una rueda fue hace 20 años, pero bueno, de todo lo malo que puede pasar en un viaje, eso es lo menos malo.

Así podía estrenar mi gato, lo compré hace años y nunca lo había probado, uno de esos hidráulicos, pero no subió lo suficiente a la t1, como para cambiar la rueda, así que gracias al gato VW, de Maxi, el de toda la vida, pudimos cambiar la rueda.

Operación cambio de rueda realizada en media hora... Igual que en la F1, y encima a mediodía y con un sol y un calor insorportable, pero por lo menos me dio tiempo de salir de la autovía y meterme un una especie de bar cerrado.

Allí mismo, en la única sombra que pudimos encontrar, realizamos un picoteo para reponer fuerzas.

Continuamos la ruta, y realizamos una parada en Albufeira, allí también nos dimos un baño en la playa, y pasemos por todo el pueblo, personalmente me pareció muy turístico y masificado.

Continuamos hacia Albandeira, allí encontramos un sitio increíble para dormir, con mesas para poder hacer barbacoas, junto al mar.

Esta es una de las calas que disfrutamos en ese viaje, impresionante!!!

Un sitio mágico, allí Maxi nos preparó unos spaguettis para cenar que estaban buenísimos, no faltó el par de cubatas y unas cervezas bien frías para bajar esos spaguettis.