Decidimos ir a visitar la zona donde comenzó este calvario, y sin dudarlo se puso al volante del Kubel muy bien acompañada.
Un paseo muy divertido.
Otto buscando el famoso conejo, ya no quedaba ni rastro, solo ante el barranco.
Una buena altura, menos mal que Otto tiene 4 piernas.
Después de dar un paseo, Otto encontró un conejo, da gusto ver que la inactividad no le afecta tanto y mantiene su buena forma.
Parece que cambié la escopeta por las muletas.
Otto contando los días que nos quedan hasta agosto, que empiezan las cacerías y no nos las pensamos perder.
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