Sábado por la mañana, ya tocaba ir a pillar un par de olas.
Playa del Socorro, llegar y encontrar un sitio para aparcar junto a la playa, es algo que no suele suceder.
Preparado para una sesión de olas.
Muy pocas olas, mar demasiado tranquilo.
A pesar de la falta de olas, disfruté como un niño pequeño.
Alguna ola pude pillar.
Ya de regreso a casa, molido, pero contento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario